Dios tiene para ti, planes de bien y no de mal. Él provee salud, y todo lo que necesites, pide cada día que se revele a tu vida, su sanación; nunca olvides que por las llagas de Jesús eres salvo y sano.
Encomienda tu cuerpo, al Señor, y declara su gobierno sobre ti.
Haz, tuya, la oración con el Salmo 41, que te presento en el enlace de este día.
Esteban Correa.-