Nadie puede quitar el llamado de Dios, nadie puede impedir que Dios obre en tu vida, aunque te critiquen, te envidien o menosprecien, el favor de Dios, como le sucedió a José, se verá en ti de una forma rotunda.
En Génesis 37:5 dice: “Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía”.
José es una de los mejores ejemplos que nos muestran que cuando soñamos en Dios, siendo íntegros y fieles en nuestro servicio, seremos respaldados y recompensados. José recibió odio de sus hermanos, maltrato como esclavo, menosprecio y falsas acusaciones que lo llevaron a la cárcel, pero a lo largo de todas estas etapas se mantuvo fiel al Señor, esperando el sueño que tuvo a los 17 años. Pero al final terminó siendo la persona más influyente del reino. Tal vez te sientas como José, atravesando algún padecimiento.
Crees que nadie te dio una oportunidad, o que nadie cree en ti, te sientes menospreciado, solo, olvidado o que las cosas no te salen como quieres. Pero si en tu corazón quieres agradar a Dios y serle fiel, vuelve a Soñar, porque no importa el tiempo que haya pasado, ni en las condiciones que te encuentres ahora, en el momento menos pensado un cambio rotundo ocurrirá. Tu tienes un llamado de Dios, tienes un destino que cumplir, tienes un propósito que afectará a muchas personas. Mantente fiel, íntegro y esforzado sabiendo que el Señor está contigo como José. A su tiempo serás promovido y recompensado aún más de lo que esperas.
Oremos así:
“Padre te doy gracias porque eres fiel al llamado irrevocable que tienes conmigo, quiero ver tu favor obrar y te pido que tu mano poderosa abra los cielos sobre mi. Declaro que todo lo que ahora me toca vivir me ayudará para bien y cosas milagrosas me sucederán en el nombre de Jesús. ¡Amén!.
