Lo que hayas sido en otros tiempos, o lo que hayan hecho tus antepasado ya no corre para ti. Has sido comprado por precio de la preciosa sangre de Jesús. Tu ADN pertenece al reino de Dios, tienes sangre de ganador en Jesús.
Versión audio:
En 1 Pedro 1:18-19 dice: “Ustedes saben que fueron rescatados de una vida sin sentido, la cual heredaron de sus padres; y que ese rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, sin mancha y sin contaminación, como la de un cordero”.
Al venir a Cristo, nuestro linaje espiritual ha sido modificado y ahora pertenecemos a un real sacerdocio, a una nación santa, a un pueblo adquirido por Dios. Las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas. Esto significa que por nuestras venas corre sangre nueva, celestial, un adn que ha sido modificado para que vivamos conforme al reino de Dios. La biblia nos manda a que hagamos morir la vieja naturaleza, para que nos revistamos de la nueva, por eso no debes preocuparte por lo que haya sido tu familia o tu vida en otros tiempos, ahora tienes sangre de campeon.
Eres una persona nueva con herencia de bendición. Nuestra fe y conducta deben estar basadas en esta nueva vida, la cual debemos alimentar. Si caminamos siguiendo al Señor, desde nuestra simiente se manifestará lo que Dios planeó para nosotros, que es su buena voluntad, agradable y perfecta. Si te aferras a esta herencia por fe, tu destino es resplandecer, ser más que vencedor en Cristo Jesús.
Hagamos ésta oración:
“Padre Celestial, gracias por haberme dado sangre y herencia de vencedor en Cristo Jesús. Activo toda las promesas de mi herencia, porque son mi bendición. Soy nueva creación, soy más que vencedor en el nombre de Jesús . Amén”
