REFLEXIÓN DEL DÍA:
Necesitamos entrar al sueño de Dios, para que así todo lo que emprendamos prospere, sea ensanchado y bendecido.
«Es en vano que se levanten de madrugada, que se acuesten tarde, que coman el pan de afanosa labor, pues Él da a su amado aún mientras duerme». Salmos 127:2