Devocionales

Dios va a recompensar tu integridad

El primer sueño de David

I Samuel 17:25-27.Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? El se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel. 26 Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? 27 Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que le venciere.

Quiero hablarles de cuando David comenzó a soñar. Está hablando de prosperidad; nuestro Dios es el dueño del oro y de la plata.

Me levanté temprano a orar, y El me dijo: “Tú acabas de escuchar la primera vez que David comienza a soñar con cosas grandes; ese fue su primer sueño. Cuando empezó a mirar más allá de su condición presente, más allá de lo que su padre le había dicho, decía: ¿“Será que puedo prosperar, que puedo hacer grandes cosas?” En el capítulo 16, vemos a David como un ovejero, no un guerrero. Sus hermanos eran grandes guerreros, pero David no prometía nada en lo natural. Había algo… David no tenía dinero, no tenía muchas de las facultades que tenían otros, pero tenía un buen corazón y aquí debemos entender algo: Este globo no se eleva por lo que tiene fuera; los globos son de diferentes formas, van a diferentes lugares, pero suben por el fuego que tienen en el corazón. El Señor no ve la apariencia externa, sino el corazón.

Es importante que comprendas que David tenía un buen corazón y cuando David le habló, el profeta le dijo: “tú estás viendo lo externo, pero yo veo el corazón”. Y puede que no prometas mucho en este momento, pero en el nombre de Jesús, El me ha enviado a decirte que por tu corazón vas a levantarte y Dios va a recompensar tu integridad. Los grandes hombres que ven ocupar este púlpito, no comenzaron así. Marcos Witt les contaba que había empezado con una pandereta en su ministerio. Juan Luis Guerra comenzó tocando guitarritas en las reuniones, tomándose unos tragos. Es importante que entiendas que, en lo natural, David no prometía nada, pero tenía un corazón de acuerdo a Dios. Sobre todas las cosas, sobre todos los tesoros, sobre todo lo que tienes, guarda tu corazón, porque de ahí mana la vida, la bendición, de que seas levantado a las alturas.

Hay algunos que necesitan entender que todo en la vida puede derrumbarse, pero mientras tengas fuego en tu corazón, vas a levantarte. Yo empecé muy mal también cuando llegué a Miami, pero yo nunca escuché al diablo, sino lo que Dios había dicho. La unción sin sueños, no puede llegar a hacer mucho, porque David estaba ungido pero no tenía una dirección, un sueño, un objetivo. ¿De qué sirve un carro con mucho poder, si no tiene dirección? Tú necesitas un sueño de Dios, porque muchos de nosotros fuimos ungidos mucho tiempo atrás. Pero una unción sin un sueño, no te lleva a muchas cosas. Tú serías como un buen boxeador, pero estabas peleando a la aventura, estarías tirando golpes, y por más que pegas no das a ningún lado porque no tienes dirección. ¿Sabe lo que era David, después de la unción? un trío de tocar en fiestas de Saúl. El lo mandaba a llamar para que le tocara. David era sólo un muchacho de mandado.

Tú puedes tener unción, pero si no estás mirando algo, es sólo fuerza. Después que David fue ungido, siguió siendo un ovejero. Hay mucha gente que tiene unción que Dios ha llenado, pero necesitas comenzar a soñar, a creer, mirar más allá de tu condición presente. Tienes que ver hacia dónde vas. Esa era la técnica de Pablo; él dijo: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás, me extiendo hacia delante en el nombre de Jesús”. Tú tienes que olvidar el pasado y mirar hacia delante. Tenemos un club de motocicletas, y las primeras cosas que te dicen los expertos es: “Nunca fijes tu vista en un punto, porque lo que mires ahí, te vas a estrellar”. Si vas en la autopista y fijas tus ojos en algo, te estrellas, porque siempre vas a ser atraído por aquello que tienes la mirada fija. Tienes que empezar a fijar tu mirada en el sueño para que te estrelles en él y Dios pueda hacer grandes cosas en tu vida. David seguía siendo un ovejero porque no tenía un sueño, porque en su vida estaba el concepto de su papá. El nunca lo bendijo, nunca lo motivó, nunca le dijo: “Vas a ser grande”; al contrario, lo discriminó. Muchos crecieron con padres (y no sólo físicos o biológicos, sino padres en el Señor), que les han dicho: “Ustedes no van a llegar a nada”. Y cuando llegaron a ungir al que iba a ser rey, cada uno que pasaba, Samuel decía: “tiene que ser uno de estos porque son guerreros”. Pero cuando pasaban, preguntó si no tenía a otro hijo. El padre dijo: “ese es pastor de ovejas.”

El papá de David dijo: “Eso no sirve, no da para nada” y Samuel le dijo: “Eso no va para nada”; David creció con eso. Hay muchos de ustedes que no han podido desligarse de lo que su padre les dijo y por eso, no han podido soñar, y David vivió así por mucho tiempo, hasta el texto que leímos. Hasta que le dicen a David el que mate al gigante, va a ser muy rico, le va a poder ayudar a toda su familia y le van a dar la hija del rey. Cuando David vio a esa chica, ahí nació el sueño de David; dijo: “Yo puedo ser rico, puedo tener una mujer preciosa”. No sé si entiendes para qué te trajo Dios a Hechos, es para que entiendas que puedes ser algo mejor. Tú puedes ser levantado por Dios, sanado, prosperado. Sueña, sueña y sueña. David comenzó a soñar, a decir: “yo puedo ser rico, mi papá nunca me ha querido, pero yo lo voy a eximir de impuestos y me va a querer.

Cuando yo haga esto con mi padre, las cosas van a cambiar”. David se emocionó: riqueza, prosperidad, bendición y, al mismo tiempo, le voy a servir a Dios. Necesitas un sueño, necesitas creer que hay algo mejor y que Dios está preparando algo grande para ti en el nombre de Jesús; ha llegado el tiempo de soñar. Hemos hablado de los sueños de Dios y está bien soñarlo. Está bien soñar en todo lo bueno, en lo bendecido; porque toda buena dádiva viene de Dios. Es importante que entiendas algo: Sin sueños, puedes tener la unción y no llegar a ningún lado. Dios no puede darte nada que tú no puedas ver con tu fe. Por eso es que Dios siempre muestra algo primero, para que lo puedas creer. Cuando el enemigo te roba tu sueño, te roba literalmente tu fe, porque la base de la fe, es la esperanza. Si tú no ves nada, ¿cómo vas a creer en eso? No importa cuántos dones o unción tienes, si no tienes un sueño, no vas a ningún sitio. Por eso, dice la Biblia que sin visión, la gente perece. La visión es algo que ves antes de que llegue. Si no estás esperando nada, no puede llegar nada. Las personas que hicieron la plataforma, primero la concibieron y luego la levantaron. Tú no puedes creer en algo si no lo ves, por eso es que la Biblia dice en Génesis 15:1-3: Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.

Dice que vino palabra a Abraham en visión. Abraham estaba dudando. Hasta el verso 5 que dice: “Y lo llevó fuera y le dijo: “Mira ahora”. ¿Sabes a lo que Dios te trajo aquí? A que mires ahora, a que sueñes ahora! Le dijo: “Mira ahora el cielo; ahora oye; así será tu descendencia.”

El hombre que creó Mc Donald´s, tuvo que soñarlo antes, y comenzó a mirarlo; así tenemos que hacer todos. Dice en Génesis 15:5 que él soñó y creyó. En II Corintios 4:4 dice: en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Eso quiere decir: si no crees, no sueñas, y si no sueñas, no crees. ¿Sabe lo que el diablo quiere? Matar tus sueños, cegar tu entendimiento, porque dice el Salmo 126: “Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan. Mientras estás cautivo por el diablo, no puedes soñar, no puedes gritar, no puedes alabar a Dios. El cautivo no puede soñar y lo que el diablo hace, es poner un candado al entendimiento. El Señor tiene que hacerte libre para soñar, y cuando sueñas, crees y entonces recibes. En el momento en que David comienza a soñar, el diablo comienza a levantar a los asesinos del sueño, porque si David seguía soñando, iba a obtener lo que el sueño le decía que podía recibir. En el momento en que David comienza a decir: “Puedo ser rico, puedo casarme con la hija del rey, puedo ser un hombre grande, puedo ser parte de una familia real, puedo hacer la voluntad de Dios”; en el momento en que está soñando, ahí se levantan los asesinos del sueño de David, son espíritus que vienen a decirte: “Mira lo que tienes, o mira lo que eres”. Porque la única manera de cumplir un sueño, es mirando más allá de lo que tienes o eres y, de inmediato, se para el primer asesino de sueños en el capítulo 28 y se levantan a hacer juicio sobre su persona y le dice: “Tú no eres más que un sinvergüenza, mi mamá siempre lo dijo; quieres ser un predicador, pero no sirves para nada”. El diablo quería que él se mirara en los errores que había cometido, que dijera: ¿“Cómo puede usar Dios a alguien como yo?. La Biblia dice que lo inmundo Jehová lo toma, no es por lo que eres, sino por la justicia de Dios.

Hechos 3:12 Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?

Dice que cuando le dijeron a Pedro que se sanó un hombre inválido, él dijo: “no fue por mi poder, ni por mi piedad, sino por el nombre de Jesús”. El enemigo te dice que vas a ser una persona exitosa, si te has declarado en bancarrota varias veces; que vas a ser un predicador, si hasta se te salen a veces las malas palabras, pero no es por nosotros, sino su justicia. La gente me ve y dice: “Qué prieto más elegante”. Hay gente blanca que quiere ser como yo y se están yendo a hacer cirugía, una cosa increíble. Pero si le preguntan a mi esposa… Perdónanos si alguna vez ustedes creyeron que lo que nosotros tenemos es por nosotros mismos, pero es por la justicia y misericordia de Dios.

El segundo asesino de los sueños, es un juicio no solamente contra tu persona, sino contra tu preparación. Cuando David se disponía a llevar a cabo sus sueños, ahí se levanta Saùl y le dice: “Tú no puedes ir a la guerra, porque nunca has sido entrenado”. Hay gente que te dice que sólo puedes obtener tu sueño, si lo haces de la misma forma que ellos, pero eso no es cierto. Pero hay gente que te lo hace. Saùl le pone una armadura y David tambaleándose, y Saúl diciendo: “Te lo dije”. Todo lo que tú necesitas verdaderamente es a Dios; la victoria que ha vencido al mundo, es nuestra fe. Lo que quería el diablo era que David mirara su preparación, y no el objetivo de Dios. Yo no creo que tú tengas que tener la misma preparación de otros. No deje que el diablo te diga que porque no eres ingeniero, arquitecto o doctor, no vas a triunfar, Dios te va a levantar con lo que tienes.

I Corintios 1:26-27. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte

El tercer asesino de sueños, es un juicio a la magnitud de tu sueño. Hay gente que le dice: “Está bien, pero es demasiado lo que estás pensando”. Cuando David se para delante de Goliat, David le dice algo que no entiende: Goliat le dice: ¿“Tú crees que soy perro para que vengas con palos?” David acaba de decir: “cuando venía un oso, yo lo mataba, cuando venía un león, yo lo mataba”. Pero David le dijo: “mi Dios es más grande que cualquiera”. Y eso es lo que yo quiero dejar en tu corazón: cada vez que el diablo te diga: “tú podrás haber ganado aquí, pero no vas a poder ganar aquí”, tú debes decirle: “Yo sé que mis sueños se van a cumplir”. El mismo Dios de David es tu Dios, los mismos enemigos se levantan contra ti. Cuando obtienes esos sueños primarios, te van a dar una mayor fe para obtener los sueños mayores.

Todo lo que se ha levantado contra el sueño que tienes en tu corazón, todo lo que ha venido en contra de ese sueño, en este momento lo vamos a reprender y vas a salir de esta conferencia declarando que no hay nada imposible para Jehová. Hoy vine vestido de escalador, porque he venido desde el tope de la montaña; hoy en día estamos viendo muchas de las cosas que hemos soñado. Hoy vine a decirte que sí vas a llegar arriba

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