Una herencia de bendición pesa sobre ti, está en tu linaje espiritual. La biblia nos enseña que Dios tiene una tierra prometida para sus hijos y herederos, no te conformes con menos, un permanente desierto no es tu destino final. Abre hoy por la fe, la puerta a tu tierra de bendición.
En el libro de Deuteronomio 28:12 Dice: “El Señor te abrirá su tesoro de bondad, que es el cielo, y en su tiempo te enviará la lluvia a tu tierra, y bendecirá todo lo que hagas con tus manos. Harás préstamos a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado nada”.
Tal vez te han tocado vivir años de escasez, deudas o pobreza, y aunque el Señor ha sido tu fortaleza en todo tiempo, el desierto debe terminar. Puede que ya te hayas dado por vencido y creas que tus sueños no se pueden cumplir por falta de recursos. Deseas más, pero no ves salida, piensas que nunca podrás alcanzar mayores cosas. La verdad bíblica es que el Señor prometió en Génesis 12:3 al patriarca Abraham, de quien viene Cristo, que bendeciría a todas las familias de la tierra por medio de él; así que nosotros, como herederos de esa fe, tenemos esta bendición asignada como herencia.
Una tierra prometida en la que no te hará falta nada. Esta promesa es para las familias de la tierra, significa que es para este tiempo, aquí y ahora. Por eso debes emprender, trabajar y esforzarte sabiendo que esa bendición está sobre ti y se manifestará.
Hagamos esta oración:
“Dios Padre abre mi entendimiento para comprender de manera completa la herencia que tienes destinada para mi. Bendice la obra de mis manos para que todo lo que haga prospere, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”
