Hoy haremos una oración para recibir las promesas de Dios para recibir su paz y tranquilidad.
Es importante que comprendamos la importancia de guiar nuestras vidas con la palabra de Dios, porque ella es la verdad, nos muestra lo que Dios es, lo quiere para nosotros y nos enseña las verdades eternas. Si no basamos nuestra vida en la verdad, no podremos tener la luz, ni la paz de Dios.
El salmo 119:105 dice así: “Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino”.
En Romanos 8:5-6 dice: “Porque los que siguen los pasos de la carne fijan su atención en lo que es de la carne, pero los que son del Espíritu, la fijan en lo que es del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”.
La paz es un fruto del Espíritu Santo que debemos desarrollar buscando su presencia y siguiendo lo que Dios quiere para nosotros. Fijar nuestra vida en las verdades de Dios y vivir de acuerdo a ellas, es la base de una vida de gozo y paz.
En Juan 8:12 Jesús dijo: “Jesús volvió a hablarle a la gente: —Yo soy la luz que alumbra a todos los que viven en este mundo. Síganme y no caminarán en la oscuridad, pues tendrán la luz que les da vida”. (TLA)
Para tener una vida de paz y tranquilidad debemos aferrarnos a la palabra de Dios, teniendo comunión con el Espíritu Santo y siendo obedientes a lo que Dios nos pide.
Para tener paz necesitamos fe, renunciar a todo temor y tener temor reverente solo a Dios, ya que nada es más grande ni poderoso que nuestro Dios. Deja de dudar, de tener miedos, de afligirte, y enfoca tu vida en el Dios sobrenatural que puede liberarte de toda atadura, sanarte y restaurarte completamente para que vivas una vida llena del Espíritu Santo con revelación y plenitud.
Hagamos ahora juntos esta oración:
“Padre Celestial, renuncio hoy a todo temor y aflicción en el nombre de Jesús. Me aferro a tu palabra y a tus verdades eternas.
“Lléname de tu presencia ahora, recibo el poder y el bautismo de fuego del Espíritu Santo en este momento y abro mi corazón para que me des tus sueños, tu fe y tu sabiduría para iluminar mi vida y caminos”
“Haz de mi una nueva persona con gozo, felicidad, éxito y victoria en todas las áreas de mi vida. Decido dejar atrás toda mentira del enemigo y todo pecado que no te agrade a ti en el nombre de Jesús”
“Que sea rota toda cadena de opresión y toda maldición en el nombre de Jesús”
Te proclamo Rey de reyes sobre mi vida y Señor de señores en todo asunto de mi vida. Tu eres todopoderoso, y te pido fe, unción y temor de tu presencia para buscarte cada día y vivir una vida conforme a tu voluntad.
“Perdoname si me alejado de ti, si he realizado algo que contrista a tu Espíritu Santo. Decido dejar toda rebeldía, desobediencia, queja y odio de mi corazón en el nombre de Jesús.
“Quiero vivir como un hijo tuyo en victoria, con la autoridad que me has dado, con la fe que mueve montañas, proclamando tu señorío sobre todas las cosa de mi vida”
Recibo ahora los ríos de agua viva de tu Espíritu Santo, tu fuego purificador de santidad y la limpieza de todo mi ser con la preciosa sangre de Cristo.
Vivifícame con tu palabra, levantame con tu poder, soy más que vencedor en Cristo Jesús y proclamo que todo enemigo lo has vencido en la cruz y lo has puesto bajo mis pies.
Enséñame a tener amistad contigo, a conocerte cada día más, porque en Cristo Jesús tu guardas mi corazón y pensamientos con la paz que sobrepasa todo entendimiento”
¡Pido, recibo y declaro todo esto en el poderoso nombre de Jesús. Amén!