Devocionales

Pon a Dios, de primero en tu vida y recibirás su protección.

No es Dios, quien te deja, eres tú que te sales de su cobertura, eres tú, quien se aleja de su Presencia; si te mantienes bajo sus alas te mantendrás seguro, si confías en Él, antes que, en los hombres, tendrás todas sus bendiciones. Él no miente, ni se arrepiente de aceptarte, una y otra vez, pero de ti, depende que te sostengas bajo su manto de protección.

La sangre de Jesús, es tu escudo y fortaleza, una vez que te limpia es necesario que no vuelvas atrás. Revisa sus promesas, y te darás cuenta, que algo te ha faltado por comprometerte en ese Pacto de Amor, que es lo único que el Señor te pide: Obediencia.

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