Esteban Correa

Exponer lo oculto para ser libres

Exponer a la luz todas nuestras debilidades, temores y pecados le resta dominio al mal, le quita poder a toda clase de ataduras. Si confesamos nuestros pecados al Señor, Él es fiel y justo para perdonarnos y librarnos de su poder destructor.

Santiago 5:16 dice: “Confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz”. Cuando luchamos con un pecado y no lo queremos reconocer, estamos retrasando nuestra liberación. Es como tener una pared perfectamente arreglada y adornada, pero con una mancha de humedad tapada con un lindo cuadro, esa mancha se puede llenar de hongos y extender hasta arruinar toda la pared. Para limpiar la mancha lo primero es reconocer que está allí, lo segundo es quitar todo lo que usamos para taparla y finalmente debemos repararla. Cuando alguién no es capaz de reconocer su pecado ante Dios y no pide ayuda, no puede ser sano ni libre. Si practicas un pecado, reconoce que lo tienes, confiésalo todo a Dios, pide ser limpio con la sangre de Cristo, acepta que necesitas apoyo y busca personas de tu confianza que te puedan ayudar. No necesitamos explicar, ni fundamentar los pecados, necesitamos confesarlos y arrepentirnos. En 1 de Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”.

Hagamos juntos esta oración: “Señor reconozco que soy débil y que debo confesarte todo pecado, abro mi corazón para que me ayudes a ver y sanar todo lo que me es oculto, límpiame ahora de toda desobediencia en el nombre de Jesús Amén”

16 Comentarios

16 Comentarios

Deja una respuesta

Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Arriba