Devocionales

Que la ofensa no quite la plenitud de tu destino

Ninguna ofensa lastimará tu corazón, el Señor te llevará a la plenitud de tu destino. No pierdas tiempo ni energía intentando agradar a aquellos que te ofenden, porque tu destino es demasiado grande y maravilloso.

En audio:

En 1 Samuel 17:28-29 dice “Pero cuando Eliab, el hermano mayor de David, lo oyó hablar con los hombres, se enojó. —¿Qué estás haciendo aquí? —le reclamó—. ¿Qué pasó con esas pocas ovejas que se supone que deberías estar cuidando? Conozco tu orgullo y tu engaño. ¡Solo quieres ver la batalla! —¿Qué hice ahora? —contestó David—. ¡Solo hacía una pregunta!”. David estaba llevando alimentos para sus hermanos mayores que estaban en la guerra, pero el favor y la unción de Dios estaban sobre David, porque momentos antes se encontraba preguntando quién era ese filisteo incircunciso, refiriéndose a Goliat. Era el momento previo a la gran victoria que derrotaría al gigante, sin embargo su hermano, se encendió en ira con celos y envidia sin fundamento, intentando avergonzarlo y humillarlo por su trabajo de cuidar ovejas. Muchas veces nos pasa lo mismo con personas que nos quieren ofender y lastimar. Pero nuestro propósito es demasiado grande como para detenernos en los sentimientos negativos de otros. No dejes entrar la ofensa que te desanima, eso te distrae de tu gran propósito, haciéndote perder tiempo y energía. La gracia está sobre ti y estás a punto de alcanzar una nueva y gran victoria en tu vida.

Oremos juntos así:

“Dios Padre hoy bendigo y perdona a todos lo que me quieran ofender, no dejaré entrar la herida en mi corazón, no caeré en la trampa de perder tiempo y energía escuchando palabras negativas. Me enfoco en la plenitud de mi destino y proclamo: que en el nombre de Jesús, una gran victoria estoy a punto de alcanzar. Amén”.

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