Hay favorables respuestas esperando a tus oraciones, no des la espalda al trono de Dios para hallar oportuna ayuda en todo lo que necesites. La sangre de Cristo nos habilita la entrada en todo momento al trono de gracia y misericordia.
Hebreos 4:15-16 (NTV) dice: “Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó. Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos”.
Desde la resurrección de Jesús, el velo que separaba a los hombres de la presencia de Dios, ha sido quitado. Es la sangre de Cristo, que rociada sobre nosotros, nos quita y limpia de todo pecado, nos abre la puerta para acceder al trono de Dios. No necesitamos hacer ningún sacrificio especial, ni se nos niega de ninguna manera la entrada, a nadie se le niega entrar en el trono de Dios para alcanzar gracia y misericordia. Puedes acceder ahora mismo, rociado por la sangre de Cristo para estar en su presencia. La puerta está abierta para nosotros en todo momento. Cuando necesitemos, allí estará, nada nos puede impedir obtener el favor de Dios. Accede hoy con corazón sincero al trono de Dios y tus oraciones serán escuchadas.
Hagamos esta oración:
“Padre Dios, hoy me acerco a tu trono de gracia y misericordia para hallar oportuno socorro en mis debilidades y angustias, pongo delante de ti mis cargas y preocupaciones para obtener tu favorable respuesta, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”