Estar conectados a Jesús con fe y entrega, nos hace recibir más fuerte y profundo la presencia del Espíritu Santo, que nos capacita con sabiduría y poder sobrenatural para enfrentar nuevos desafíos.
En Hechos 6:9-10 (NTV) dice: “Cierto día, unos hombres de la sinagoga de los Esclavos Liberados —así la llamaban— comenzaron a debatir con él. Eran judíos de Cirene, Alejandría, Cilicia y de la provincia de Asia. Ninguno de ellos podía hacerle frente a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba Esteban”. Cuando permanecemos recibiendo vida, poder y sabiduría de la presencia de Dios y su palabra, se manifestará en nosotros la capacidad de responder con el poder del Espíritu Santo y su sabiduría, frente a cualquier situación que nos toque enfrentar. El Espíritu Santo va llenando todo nuestro ser, uniendonos de forma tal a Jesús, que comenzaremos a andar, desear, pensar y hablar de acuerdo a todo lo que Él es. Y cuando sea necesario, añadirá en nosotros palabras de sabiduría y un entendimiento extraordinario que nadie podrá enfrentar ni resistir. La presencia de Dios era tan fuerte en la vida del discípulo Esteban que dejaba a todos asombrados con la sabiduría y Espíritu de poder que fluían de Él.
Hagamos juntos esta oración:
“Padre, recibo en todo mi ser, cuerpo alma y espíritu, la llenura del tu precioso Espíritu Santo para que me capacite con sabiduría y fortalezca mi ser interior. Que y fluya tu poder por medio de mi vida, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”