“Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo: —¡Es un fantasma! Pero Jesús les habló, diciéndoles: —¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo! Entonces Pedro le respondió: —Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua. —Ven —dijo Jesús. Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a aminar sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó: —¡Sálvame, Señor! Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo: —¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste? (Mateo 14:26-31)
El miedo es fe negativa o mal encausada. Es creer en el poder del enemigo o de las circunstancias. Es tomar el reporte del mundo, de los economistas, médicos y personas con algún tipo de autoridad y creer en ello antes de creer lo que Dios dice al respecto de nuestra situación.
Mantén tu fe bien encausada, es decir dirigida y centrada en Dios y sus promesas. Medita, habla y cree en tu corazón todo lo que Dios ha dicho en su palabra.
La fe es delicada, puede afectarse de un momento a otro. Jesús dijo ¡Ven! y Pedro comenzó a caminar sobre las aguas. En realidad Pedro estaba caminando sobre la palabra de Jesús y ello producía el milagro.
En una oportunidad Pedro dijo “Maestro —respondió Simón—, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero si tú lo dices, echaré las redes nuevamente. (Lucas 5:5 NTV). Luego de este paso de fe, estos humildes pescadores vieron uno de los milagros más significativos narrados en la biblia.
Interesante que Pedro tanto en la ocasión de la pesca como cuando camino por el agua, el no oro. No dijo, “Padre te pido que me ayudes a tener una buena pesca o cuando camine por el agua te pido que no me hunda etc. No el simplemente camino por fe en la palabra y la orden de Jesús.
Es el tiempo donde conquistaras tu más grandes éxitos, porque dejaras la inactividad y pondrás tus ojos en las promesas de Dios y simplemente confiando en lo que él Dijo y declaró sobre ti, caminaras y correrás en esas palabras avanzando en forma acelerada, por lo que bendiciones que por años estuviste esperando, en este tiempo sin lugar a dudas podrás ver su manifestación, ¡Todo ello será posible simplemente por creer y caminar en las promesas de Dios!.
No mires las circunstancias o imposibles. No dejes que la fe negativa, el miedo y temores invadan tu corazón. Lucha y pelea la buena batalla de la fe. Es buena esta batalla porque solo hay un ganador y es Cristo, quien a determinado por amor compartir la victoria contigo.
Mira, camina y descansa solo en aquello que Dios te dijo, decláralo constantemente en tu vida y veras la gloria de Dios.
Oremos así:
Padre celestial, gracias por tu maravillosa palabra.
Quiero pelear la buena batalla de la fe y ahora echo fuera de mi vida el miedo o temor.
Tú me has dado espíritu de valentía,
Ahora con fe comienzo a caminar en tus promesas y en las ordenes y palabras proféticas que me has dado.
Los más grandes milagros comenzaran a suceder.
A través de mi vida la gloria del Señor será manifestada.
Pido, creo, declaro y recibo todo esto y mucho más en el nombre de Jesús. Amen
Pingback: aumentar la fe en momentos difíciles y aferrarse a las promesas de dios | REVISTA SEMANAL