Por Cindy Trimm
Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. —Mateo 6:5
No importa lo bien que te ves ante la gente de la iglesia o del trabajo. No importa cuál sea tu reputación en tu comunidad, o si tienes una pequeña fortuna en el banco. No importa si te presentas en cada reunión de oración, o si pasas todas las horas de la vigilia de oración de veinticuatro horas de tu iglesia sobre tu rostro llorando delante de Dios. La única manera de tener una verdadera integridad es si tienes integridad en tu cuarto de oración personal delante Dios. No se trata de ser visto por los demás, ni de lo que piensen los demás; se trata de lo que Dios piensa y cuánto confía en ti respecto de lo que Él está haciendo en la tierra.
Padre, que yo sea conocido por ti por mi integridad; lo que hago en el lugar secreto de oración cuando nadie me mira sino solo tú. Mi prioridad no es ser visto como justo por los hombres, sino ser visto como justo por ti. Crea en mí un corazón limpio, Señor, para que me puedan ser confiados tus planes estratégicos. Anhelo ser tu compañero en el avance de tu Reino en la tierra. En el nombre de Jesús, amén.
Cindy Trimm. Charisma Media. Uusado con permiso casacreacion.com
