Qué padre sabiendo que su Hijo es perfecto, incorruptible, sin pecado ni mancha, amaría tanto a sus otros hijos, que entregaría al Primero, para que morase en todo aquel que lo quisiese recibir como su Salvador; solo tu Padre Celestial podía hacer algo así, y lo hizo.
Créelo, que, hasta el último minuto, satanás esperaba que Jesús se defendiera y evitase la gran prueba, pero no, Jesús discernió su propósito y lo cumplió, por ti, por nosotros, y por todas las generaciones que quieran entender la revelación de su Gloria.
Permite que este mensaje a través de Colosenses 3:20-21 se instale en tu vida. ¡Estamos para Bendecirte!