El capítulo 3 de proverbios nos enseña que contar con el favor de Dios es el mayor privilegio que un ser humano pueda tener, y para eso nos da algunos principios:
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Principio #1. La confianza total en Dios, Si pensamos que confiar en nuestra capacidad es una gran garantía, estamos equivocados ¿Cómo un simple mortal puede tener más confianza en si mismo que en el Dios creador de todo? no confiemos que con nuestra sola habilidad podremos vencerlo todo. Reconocer a Dios en todos nuestros caminos es dar a Dios su lugar debido como nuestro guía y ayuda suprema. Reconócelo en todo lo que hagas y emprendas, confía en su ayuda protectora.
Principio #2. Teme a Dios y huye del mal, Para Dios el más sabio es quién lo respeta sobre todas las cosas, es aquel que tiene en cuenta sus caminos, no despreciando sus consejos. Temer a Dios es hacer lo que a Él le agrada dejando todo engaño y maldad. Al temer a Dios la biblia nos promete lo siguiente que: “Infundirá salud a al cuerpo y fortalecerá nuestro ser” ¿Quieres salud, quieres fortaleza interior? El cuerpo recibirá una salud inusual y una energía sobrenatural cuando respetemos a Dios y su palabra.
Principio #3. Honra al Señor con tus riquezas, Algunos piensan que siendo mezquinos y no gastando nada podrán retener más dinero, sin embargo la sabiduría de Dios nos dice todo lo contrario. El principio básico de la prosperidad en el reino de Dios siempre es dar y dar con un corazón alegre honrando a Dios, el dueño de nuestras vidas, porque todas nuestras riquezas proceden de Él. Cuando recibas tus ganancias, da ante todo de esas primicias al Señor, hónralo con tus diezmos y ofrendas para su obra.
Esto lo aclaró Jesús cuando tuvo una disputa con los fariseos, que les ordenó que sean misericordiosos ante todo, que tengan el amor de Dios en sus corazones si querían ser espirituales, pero también les aclaró que no dejen de diezmar, Jesús no abolió el diezmo, más bien lo confirmo diciendo: “Debían haber practicado esto, sin dejar de hacer aquello (el diezmo)”. (Lucas 11:42). Cuando damos estamos declarando que nuestro amo es Dios y no el dinero. La promesa de proverbios 3:9-10 no es solo que Dios nos sostendrá, sino que nuestras ganancias llegarán a rebosar, «a reventar».
Principio #4. Andar en sabiduría divina, Hay cosas que las hemos aprendido mediante el sufrimiento, tenemos la tendencia a retener más algunas lecciones por medio de las experiencias vividas que por medio de las enseñanzas teóricas. Muchas cosas que nos han pasado Dios las ha permitido para que aprendamos alguna lección.
Se dice que hay dos formas de no reincidir en los errores y es por golpearnos o por prudencia, por eso se nos insiste en seguir los consejos de Dios ante todo, de lo contrario tendremos consecuencias. Es bueno saber que Dios nos corrige porque nos ama, así como el padre al hijo a quien quiere. Dios no sería bueno si nos descuidará y nos dejará sin enseñarnos por medio de advertencias o experiencias determinadas.
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