Nuestro Dios es restaurador y siempre nos recompensa cuando lo buscamos de corazón. El Señor no solo nos restaurará los recursos mal invertidos, sino que nos dará mucho más que eso.
2 Crónicas 25:9 “Pero Amasías le dijo al hombre de Dios: «¿Y qué va a pasar con los tres mil trescientos kilos de plata que le he pagado al ejército israelita?» Y el hombre de Dios respondió: «El Señor puede dar a Su Majestad mucho más que eso.»” Amasías era un rey de Judá que contaba con un gran ejército, pero para enfrentar a un enemigo decidió contratar otros soldados, que Dios no aprobaba respaldar. Fue advertido por un varón de Dios que no enviara ese otro ejército por el cual había invertido mucho. Amasías le preguntó qué pasaría con su mala inversión, y el varón de Dios le respondió: “Dios puede darte mucho más que eso”. El Señor no tiene en cuenta el tamaño de nuestras malas decisiones, ni el esfuerzo que hayamos mal invertido, o las cosas en las que pusimos esperanza y no dieron resultado; porque ya sea dinero mal invertido, esfuerzo en vano, o cualquier otro tipo de pérdidas por malas decisiones, seremos restaurados. El Señor nos llama a confiar y obedecer primero en Él, pero llega el tiempo donde no solo te restaurará lo perdido, sino que te dará también mucho más que eso.
Oremos así: “Dios padre proclamo que te obedeceré y confiaré en ti antes que en cualquier otro recurso. Declaro que se me restaura todo lo perdido y recibo de tu mano mucho más que todo lo mal invertido, en el nombre de Jesús. Amén”.