Gaza. Un comandante supervisor del Escudo de Acero contó cómo el sistema de defensa antiaérea falló y un proyectil estuvo a punto de caer en Tel Aviv, pero un milagro lo habría evitado.
El Escudo de Acero permite que los misiles lanzados por Hamas desde Gaza no maten a miles de israelíes. Se trata de un moderno sistema de defensa que predice con un margen de error de 200 metros cuadrados dónde va a caer cada proyectil.
Cuando hay riesgos de que el destino sea un lugar habitado, se lanza un misil para interceptarlo y hacerlo explotar en el aire. Sin embargo, este sistema falló en una ocasión.
Así lo relató un comandante de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) encargado de supervisar el funcionamiento del sistema de protección antiaérea
“Un misil fue disparado desde Gaza. El Escudo de Acero calculó su trayectoria con precisión. Iba a impactar en las Torres Azrieli, en el Kirya (equivalente al Pentágono en Israel) o en la estación central de trenes de Tel Aviv. Cientos podrían haber muerto”, contó.
“Disparamos el primer misil interceptor. Falló. Luego el segundo. También falló. Eso es algo sumamente extraño. Estaba en estado de shock. Ya habíamos notificado a los servicios de emergencia para que fueran a las inmediaciones de la zona y habíamos advertido del riesgo de un incidente que podía provocar bajas masivas”, dijo.
“Repentinamente, el Escudo de Acero (que calcula la velocidad del viento, entre muchos otros factores) percibió un fuerte viento proviniendo del este. Tan fuerte que… desvió el misil hacia el mar. Estábamos estupefactos. Me paré y grité: ‘¡Hay un Dios!’”, agregó.
“Presencié el milagro con mis propios ojos. No me lo contaron. Vi la mano de Dios enviar ese proyectil hacia el mar”, finalizó.