A continuación leeremos el libro de 1 de Corintios capítulo 1 en la versión: Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy. Luego haremos un comentario devocional y una oración final.
Comentario devocional de 1 Corintios 1, escrito por Esteban Correa.
Versículos 1
El apóstol Pablo comienza a escribir esta carta porque conocía los problemas que estaba atravesando esta iglesia. Pablo permaneció con la iglesia de Corinto por un año y medio según Hechos 18:11.
Y ahora se presenta como alguien llamado a ser apóstol, por voluntad de Dios. Inicia su carta poniendo la autoridad que le había sido dada, por revelación y llamado sobrenatural de Dios en compañía del hermano Sóstenes, posiblemente un colaborador, quién pudo haber sido el escritor de la carta, mientras Pablo la dictaba.
Pablo había sido llamado a ser apóstol de Jesucristo por voluntad del Padre. La palabra Apóstol significa “enviado”. Jesús es quien comisiona y llama, como lo dice Efesios 4:10-11:
“El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo. Y Él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros,”
Pablo es un apóstol llamado por el Señor Jesús luego de la resurrección, a diferencia de los principales doce apóstoles que convivieron con Jesús antes de su muerte y resurrección.
En Hechos nueve del verso uno al diecinueve, podemos ver como fue la conversión y el llamado del apóstol Pablo, quien era también conocido como “Saulo de Tarso”.
Versículo 2 y 3
Si bien la carta está dirigida a la iglesia de Corinto, la énfasis de Pablo continúa en el cuerpo de Cristo como cuerpo espiritual y no solamente local. Pablo nunca se refirió a ninguna iglesia aparte que por el nombre de la ciudad. No existió ninguna otra clasificación más que una cuestión territorial para nombrar a las iglesias en la biblia. Porque la iglesia no es un lugar, ni un edificio, somos todos los que hemos sido rociados con la sangre de Cristo.
Una mirada amplia de la iglesia es importante para poder convivir, amar y respetar a nuestros hermanos en todo el mundo, en todo lugar y cultura. La segunda parte del versículo dos dice: “con todos los que en cualquier parte invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro”, invocar el nombre de Jesús nos une, y trae el cielo a la tierra, y el verso tres es una poderosa bendición para todos nosotros:“Gracia y Paz” del Padre y del Señor Jesús. Los que invocamos el nombre del Señor Jesucristo hallamos gracia y paz.
Versículos del 4 al 7
La iglesia de Corinto había sido bendecida por el Señor, aunque más adelante tenga correcciones y reprensiones sobre cosas que sucedían, queda claro que el Señor estaba allí con gracia, favor y dones espirituales con los que había bendecido a los miembros de esta congregación.
Versículos 8 y 9
El Señor no dejará que caigamos, porque nos fortalecerá, levantará y afirmará hasta el fin. La comunión con Jesús significa estar en acuerdo con Él. Necesitamos que todo en nuestra vida sea agradable a Dios. Meditemos en nuestro corazón qué cosas de nuestra vida apagan o entristecen al Espíritu Santo. Si tenemos una actitud de corrección, de temor de Dios y de obediencia, el fuego de Dios estará encendido en nuestra vida.
Versículo 10
Pablo les ruega que no estén divididos, porque sabe que una iglesia dividida no prospera. Si un espíritu de división avanza en la iglesia, se estancará. El mayor esfuerzo en cada visión de las iglesias que Dios levanta, debe estar en mantenerla pura en el propósito por la que Dios la ha llamado. La humildad y el deseo de mantener el propósito más importante de la iglesia, es el avance del reino de Dios para salvar, sanar, liberar y discipular, esto es lo que mantiene la unidad y deja las divisiones en la cruz de Cristo para que nunca se interpongan el ego, los intereses personales y se lleve adelante todo lo que el Señor quiere hacer.
Versículos del 11 al 17
El primer problema que se les plantea a los corintios, son las divisiones entres los seguidores de ciertos líderes y maestros dentro de la congregación, tal vez uno de los problemas más comunes hoy.
Los miembros habían dejado de centrarse en Jesús, y su mirada elevada de las cosas de Dios, se había enfocado en los líderes, como si el evangelio se tratara de ellos. No sabemos con precisión porque esto había sucedido, pero si el liderazgo se centra en sobresaltar su propia personalidad, correrá su foco de Cristo, y los seguidores que deberían amarse y estar unidos para servir al Señor, comenzarán a comparar a los líderes, creando una rivalidad basada en distintas cosas como ser, la forma de predicar, la personalidad o el carácter.
Los líderes y ministros que Dios levanta son servidores de Dios y del pueblo. Cuando tenemos una mirada humanizada, tendemos a ver las virtudes o debilidades de cada persona, y creemos que las personas son los protagonistas de la iglesia, o que algunas valen más que otras, pero esto trae división y peleas.
En el versículo 17 Pablo habla de palabras ingeniosas humanamente, pero el evangelio no debe fundamentarse en la habilidad de los oradores, sino en el poder de Dios que fluye y respalda su palabra, podemos ser buenos oradores o escritores, pero si el Señor no bendice, unge y respalda esa habilidad no produce impacto espiritual.
Versículos 18 al 29
El verdadero evangelio que impacta y transforma las vidas, no está basado en la habilidad, inteligencia, filosofías, ni ninguna habilidad meramente humana, puesto que la sabiduría de Dios ha establecido que el evangelio es poder del Espíritu Santo para salvación con señales y maravillas.
Por eso una persona sin demasiada preparación teológica o académica, puede tal vez tener más impacto en su testimonio de Dios y mensaje, que alguien que trata de convencer con sus ingeniosos argumentos. El poder de Dios puede fluir e impactar con unas simples palabras, porque no se trata de lo ingeniosos de las palabras, sino de que fluyan en la unción.
Dios puede hacer que alguien despreciado por la sociedad y desechado por los estándares del mundo, fluya en sabiduría del cielo, con unción, señales y maravillas como ningún otro; de esa manera, quienes se creen sabios, poderosos e importantes, se dan cuenta que hay cosas que solo son un regalos del Señor y no pueden imitar con su capacidad humana, por lo tanto, no se pueden jactar o enorgullecer ante el poder de Dios. Y aquel que es despreciado según el mundo, tampoco se puede jactar, porque sabe que todo lo que ha recibido es solo por gracia. Nadie se puede envanecer, todo poderío y ego del hombre queda postrado ante el todopoderoso.
Siempre Dios pone la soberbia del hombre en el lugar donde debe estar. Recordemos que somos su pueblo, su creación, eso nos mantiene sensatos y humildes.
Por eso dice el verso 28 y 29: “Dios escogió lo despreciado por el mundo —lo que se considera como nada —y lo usó para convertir en nada lo que el mundo considera importante. Como resultado, nadie puede jamás jactarse en presencia de Dios”.
Versículos 30 y 31
De Dios proceden todos los verdaderos beneficios, en Jesús nos fue dada la sabiduría que necesitamos, que viene de lo alto, como el perdón y la santificación, en Cristo, Dios nos hizo santos, puros y nos libró del pecado, nuestra gloria es pertenecer al Señor, si queremos jactarnos de algo, podemos hacerlo en que el Señor está con nosotros para respaldarnos, ayudarnos y proveernos. El que se gloría, gloríese en el Señor.
Hagamo juntos esta oración basada en 1 Corintios capítulo 1
“Padre Celestial, gracias porque nos has llamado con un plan y propósito. Mi vida tiene un llamado y lo cumpliré en el nombre de jesús”.
“Gracias por hacerme parte de tu pueblo, porque soy el cuerpo de Cristo, la iglesia que has levantado, tu me santificas y me levantas para cumplir ese llamado”
“Hazme comprender que soy un bendecido, que tengo toda clase de bendiciones, me has dado habilidades naturales y dones espirituales para usarlos en favor de la iglesia”
“Que toda división en mi iglesia sea derribada en el nombre de Jesús. Enfoca nuestra visión en Cristo y en el avance de tu reino, y no en comparar a los líderes que tu levantas”
“Bendice a mis pastores y líderes espirituales, úsalos para llevar más almas a los pies de Cristo, abre mis ojos para que vea conforme a tu reino y no a una mirada meramente humana”
“Que tu poder se manifieste en mi vida para salvar a los que se pierden, me mantengo humilde en tu presencia porque todo lo que tengo procede de ti y separado de ti no puedo dar frutos eternos”
“Te alabo Padre Celestial porque gracias a que me has unido a Cristo, ahora tengo tu sabiduría, soy santificado, justificado y redimido, me glorío solo en tu amor”
“Pido, creo y declaro todo esto en el nombre de Jesús. Amén”