REFLEXIÓN DEL DÍA:
Podemos decir que somos demasiados conformistas y que no necesitamos absolutamente nada, pero en el fondo sabemos que si tenemos anhelos, deseos y propósitos que queremos ver hechos realidad. El Señor escucha hasta el gemido más indecible que sale de los labios; no alcanzamos siquiera a susurrarlo, cuando Él ya lo sabe todo.
No dudemos ni por un instante en poner ante sus pies, todo anhelo y deseo que alberguemos, porque el Señor siempre escucha. Deleitémonos contándole lo propio y haciéndole saber nuestro amor por Él; de seguro nos bendecirá y dará las peticiones que le hayamos hecho.