Cuando entiendes que amar a Dios por sobre todas las cosas, implica dejar todo aquello que contaminó tu vida, tu desempeño y tu desarrollo como un buen ser humano, como un creyente fiel, no te costará dar saltos de Fe, que signifiquen renunciar a cosas que te agradan, así en ello vayan personas que formaron parte de tu entorno.
No es que Dios, nos mande a rechazar, por el contrario, nos quiere exaltar para ser testimonio de su Gloria, y si nos dejamos transformar, seremos como lámpara a los ojos de los que se resisten a entregar su vida a Jesús. Vive con nosotros la experiencia de Proverbios 21:2-4, en esta mañana de liberación.