Dios promete ir delante de ti, pero espera que te muevas y le des lugar a su poder sobrenatural, no te detengas esperando que las cosas sucedan solas, muévete desatando su bendición, porque él es tu ayuda y su favor está sobre ti.
Hebreos 11:1 dice: “La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver”.
Si te quedas esperando que las cosas buenas sucedan por sí solas, vas por un mal camino. Muchos desafíos y luchas que tenemos por delante, son un espacio que nos permite darle lugar a Dios para obrar en nosotros. Cuando tenemos un plan que queremos llevar adelante, o alcanzar alguna meta específica, debemos ponernos en el terreno del riesgo y de la acción. La fe no es solamente creer que Dios existe, es además creer que él me ayudará cuando accione y así poder salir adelante, superar obstáculos, suplir necesidades y alcanzar metas.
Cuando comienzas a dar pasos de fe y decides avanzar, a pesar de poder tener algunas dudas o miedos, es cuando el Señor interviene. La fe se desata con nuestro movimiento, el Señor se mueve luego de que nosotros nos ponemos en marcha. Dios te mostrará nuevos planes de su voluntad a medida que estés avanzando. Confía, porque estás siendo guiado, sigue el fuego de tu corazón. Tu situación está en manos de Dios, declara su favor y Jesús te respaldará siempre.
Hagamos juntos esta oración:
“Dios Padre te alabo porque me darás gracia en cuanto comience a dar pasos de fe. Declaro que tu favor está sobre mí, todo me saldrá bien, desato tu bendición y corto el temor que me paraliza, en el nombre de Jesús. Amén”
