Por Esteban Correa
«El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia».
La amargura, el rencor, la falta de perdón y el resentimiento son cadenas que nos atan al pasado, nos encierran en una cárcel que nos impide avanzar y llegar a grandes cosas en la vida.
Para vivir una vida de éxito bajo la bendición de Dios, necesitamos liberar nuestros corazones de todas las emociones tóxicas. Mientras tengamos odio hacia alguna persona o una herida se mantenga abierta dentro de nuestra alma, será muy difícil tener una vida próspera según Dios. Perdona a tus padres, perdona a tu pareja, a tus familiares o amigos, perdona a compañeros de trabajo, vecinos, a cualquier persona que te haya provocado heridas, que te haya traicionado, que haya hablado mal de ti o te hayan humillado delante de otros, perdónalos, porque mientras mantengas esa herida abierta, estarás teniendo un ancla que te mantiene sin avance.
Alejarte de aquellos que te dañan y no quieren cambiar, es importante para tener éxito, pero no dejes que la amargura se anide en tu corazón. El perdón es una decisión, no es un sentimiento, es muy raro sentir ganas de perdonar luego que te han dañado. Pero tienes que pensar en ti mismo, decide perdonar para ser libre y tener paz. ¿Debes perdonar a alguien?
Dos pensamientos te deben motivar para perdonar: El primero es que te liberas a ti mismo, ya que te quitas de encima un peso que te detiene y el segundo que Dios te ha perdonado de todos tus pecados por el sacrificio de Cristo y de la misma forma debemos hacer nosotros lo mismo.
Oración para perdonar:
“Padre Celestial en este día decido perdonar a todas las personas que me ofendieron, lastimaron y traicionaron de distintas maneras, las perdono y las bendigo. Decido sanar mi corazón con el perdón y ser libre de esta atadura. Me suelto del pasado y la amargura para abrazarme a Tu amor y al futuro que has preparado para mí. En el nombre de Jesús. Amén”.
