No pongas tu mirada en lo que el hombre piense de ti, ocúpate de ganar favor delante de Dios, de ser alcanzado por su Gracia, y trabaja en ello diariamente, solucionando todo eso que el Espíritu Santo comienza a alertarte que debes cambiar. Nunca olvides que Jesús dijo: El que esté libre de pecado que lance la primera piedra.
Más bien, con tu ejemplo de no señalar a otros, estarás dando testimonio de ser un corazón perdonador, y esto será compensado por tu Padre en público. Sigue adelante, no permitas que nada te impida cumplir tu propósito.