Esperar nunca es fácil. . . ¿pero en realidad Dios llega tarde? Podrías sentirte tentado (mientras esperas) a cambiar tu enfoque a algo menos de lo mejor que Dios quiere para ti. Pedro, el discípulo de Jesús, enfrentó esa misma tentación más de una vez. La buena noticia: Siempre hay gracia, y Dios es tan amable en el camino que Él persistentemente te lleva de vuelta a Sus promesas para la vida que en realidad esperas. Recuerda durante esos días nublados sin sol cuando parece que Dios te ha abandonado y olvidado: No es así. Aprende por qué Él nunca falla en mantener Su Palabra.