Por Mario Serrano
Leeremos algunos textos bíblicos con una reflexión, luego haremos juntos una oración, y al final, dejaremos un espacio con música instrumental para que puedas orar a solas con Dios.
“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.” (2 Corintios 9:6)
Y en Gálatas 6.7 leemos en la TLA “No crean ustedes que pueden engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado.”
Lo que has recibido es el resultado de lo que sembraste tiempo atrás. Si deseas cambiar tu destino, comienza ahora mismo a sembrar aquellas cualidades que coronaran tu futuro de gloria. El tiempo invertido en planificación y alcance de metas es improductivo si no comenzamos ahora mismo a sembrar semillas que a su debido tiempo germinaran, adornando y embelleciendo el jardín de nuestra vida.
La ley de la siembra y la cosecha es ineludible. En ella encontramos dos principios involucrados.
1- Todo lo que sembremos es lo que cosecharemos.
2- Siempre cosecharemos más de lo que sembramos.
En ocasiones el fruto puede demorar, pero tarde o temprano veremos el resultado de nuestro accionar. Aquí entra en juego la ley de la incubación. Cuando un bebe es concebido, aunque tú no lo veas en el vientre de su madre, por un periodo de nueve meses su vida se está entretejiendo perfectamente en lo secreto. Luego de ese periodo de incubación vendrá la manifestación. Del mismo modo una semilla plantada en buena tierra, puede demorar algo de tiempo en brotar, y luego hay que esperar algo más de tiempo para poder ver el fruto, y más aún para poder disfrutar los beneficios de una producción madura.
Por lo tanto, cuanto antes determina y decide que deseas cosechar en la vida. Planta las semillas que has escogido y disfruta luego a su tiempo los frutos. Si siembras amor, amor cosecharas, si plantas amabilidad, esta regresara a ti. Si eres servicial recibirás servicio y ayuda. Si aprendes a dar tus recursos a la obra de Dios, el Señor te devolverá una cosecha abundante y generosa.
Si tu vida esta vacía, limitada o empobrecida, hoy es una gran oportunidad para comenzar a sembrar. Así como el labrador espera con paciencia el fruto de su labor, espera también en Dios, ora, reclama sus promesas y la cosecha abundante de lo que has sembrado, ¡sin duda alguna, Dios te bendecirá!
Oremos juntos así, Padre celestial, gracias por las leyes divinas y maravillosas que rigen el universo.
He sido privado de muchas bendiciones al no practicarlas.
Gracias por traer revelación y sabiduría a mi corazón. Hoy tomo la determinación de sembrar, amor, comprensión, perdón, y creo que recibiré esto y mucho más.
Ayúdame a sembrar recursos económicos en buena tierra. Para que de esta manera tu reino se extienda en todo el mundo.
Recibo abundancia y prosperidad, medida buena, apretada, remecida y rebosando como enseña Lucas 6:38
Gracias porque siempre me das mucho más abundantemente de lo que pido y entiendo conforme a tus riquezas en Cristo Jesús.
Tú eres Dios de provisión y nos das todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos y compartamos.
Creo que recibiré todo esto y mucho más por el poder que obra en mí, Gracias Señor Jesucristo, amen y amen