Cuando ya se acercaba a las puertas del pueblo, vio que sacaban de allí a un muerto, hijo único de madre viuda. La acompañaba un grupo grande de la población. 13 Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: —No llores. (Lucas 7:12-13)
Estas palabras del Señor dirigidas a la viuda parecen fuera de lugar. Esta mujer no solo había perdido a su marido, ahora estaba llevando a enterrar a su único hijo. Ella había perdido todo lo que quería. Su futuro era incierto, toda esperanza de una vida mejor era prácticamente imposible. Sus vecinos compartían junto a ella el dolor, entendiendo lo trágico de la situación. ¿Cómo es posible que Jesús no viera esta tremenda realidad y solo dijera “No llores”?.
Es que Jesús tenía una visión diferente de las cosas, las personas ven las situaciones de la vida cotidiana con una perspectiva realista, natural y terrenal, el Señor ve todo desde un punto de vista celestial.
Tú puedes también cambiar la óptica y comenzar a ver las cosas con una perspectiva diferente.
Isaías 2:3 enseña “ y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas.
El monte representa un lugar secreto, apartado y alto donde nos encontramos cada día con Dios por medio de la fe y la oración. Y desde esa altura, justo en la presencia de nuestro Dios es cuando nuestra visión se transforma. Es como elevarse en las alturas y desde allí apreciar un paisaje espectacular. No estamos tan alto, como para
que no se pierdan los detalles, pero si lo suficiente como para abarcar un amplio panorama y ver todas las cosas con una nueva perspectiva.
Encuentra por medio de la fe y la oración corrientes ascendentes, aquellas que pueden llevarte alto, a la distancia justa, para no perder de vista los detalles de tu vida cotidiana, pero al mismo tiempo a una altura donde los pormenores de la vida no te perturben o angustien ni quiten la paz de tu corazón, porque observas las cosas en su real dimensión.
Por medio de la fe, la oración y el cristal de la verdad que es la palabra de Dios comienza a mirar desde una perspectiva celestial, desde la perspectiva divina, todas las cosas.
¿Te sientes enfermo? él dice: “yo soy el Señor tu sanador” (Éxodo 15:26)
No posees recursos “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19)
Estas solo “Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.” (Deuteronomio 31:6)
El mundo y sus problemas te abruman “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33)
Te falta sabiduría “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad” (Juan 16:13)
Oremos asi:
«Padre dame visión celestial
Quiero ver las cosas desde otra perspectiva.
Me elevo a las alturas y en tu presencia recibo una visión renovada y
sabiduría para conducirme y enfrentar toda situación alcanzando éxito y
bendición.
Dejo la angustia, el temor, la preocupación y me enfoco en tus
promesas divinas para suplir cada una de mis necesidades.
En tu presencia y en las alturas puedo ver un panorama más completo
de la vida y ello trae paz a mi corazón.
Pido, creo, declaro y recibo todo esto y mucho más en el nombre
poderoso de Jesús, amen»