Por Mario Serrano
…Y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. (Malaquías 3:10)
A los ricos de este siglo mándales que no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. (1 Timoteo 6:17)
Dios desea bendecirte. Notamos a través de estos versículos que tanto en el antiguo pacto como en el nuevo, la intención de Dios no ha cambiado en relación a su deseo de otorgarte una vida plena y abundante.
La intención de Dios al crearnos fue hacernos perfectos y sanos en espíritu, alma y cuerpo, solo que por el pecado, el hombre se apartó del plan del Señor.
Al recibir el perdón de Dios y aceptar la salvación de su hijo Jesucristo fuiste restaurado y conformado al plan original. A través de Cristo somos bendecidos.” Demos gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo por las bendiciones espirituales que Cristo nos trajo del cielo.” (Efesios 1:3).
Los versículos de hoy mencionan que Dios nos da las cosas en abundancia, nosotros somos quienes tomamos poco de todo lo que él nos ofrece.
Posiblemente nos sintamos indignos de recibir más. Tal vez la religión introdujo el concepto de mártires y falsa espiritualidad, inculcando que debemos sufrir, padecer y carecer de todo para así agradar a Dios.
Al mirar a tu alrededor posiblemente veas miseria, dolor, infelicidad, escasez, enfermedad, sin embargo en el reino al que perteneces, no hay nada de eso. Jesús nos mostró que en su reino no hay escasez, enfermedad o sufrimiento. Al contrario allí encontramos abundancia, salud y gozo. A través de Cristo todos estos bienes son tuyos. Es parte de tu herencia como hijo de Dios, no es por merito sino por gracia. Jesús pago el precio en la cruz del calvario. Lo que necesitas es tuyo, tómalo, reclámalo y disfrútalo.
En este día extiende tus manos por medio de la fe y recibe su bendición. Establece tu vida dentro del marco de su voluntad para ti.. El padre se goza en bendecirnos de acuerdo a su divino y perfecto plan para nosotros. ¡Disfruta las abundantes riquezas de su gracia!
Oremos así:
«Padre celestial. Necesito que suplas mi necesidad
En ti tengo todo lo que necesito. Activo mi fe y recibo todo lo que has provisto para mí
Recibo paz, salud, prosperidad y abundancia.
Reprendo en el Nombre de Jesús, a todo espíritu de maldad que trae engaño, enfermedad, pobreza, miseria, escasez, angustia, depresión y desunión familiar.
Poseo por medio de la fe mi herencia y tomo lo que me pertenece.
Declaro que ya no vivo en despropósito, porque mi vida se encuadra dentro del perfecto plan de Dios.
Pido, creo y declaro todo esto en el poderoso nombre de Jesús, Amen».
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