¡Padre eterno eres justo y digno en gran manera! Nos has bendecido de muchas maneras, ¡Tu gloria se ha manifestado desde los tiempos antiguos! ¡No hay otro Dios como tú! Tú gobiernas con rectitud y justicia, la sabiduría está en tu boca y tu luz como lumbrera a nuestros pies. Eres fiel a tu palabra y cumples tus promesas para con tus hijos.
¡Te adoramos y te bendecimos Señor! A ti sea la gloria hoy y siempre. Eres quien adiestra nuestras manos para la batalla, la victoria ya está garantizada para nosotros gracias a tu majestad y autoridad. ¡Nuestra confianza esta puesta en ti nuestro Señor, Dios de Abraham, ¡de Isaac y de Jacob! ¡Bendita sea la hora en que nos escogiste de entre miles y nos concediste las buenas nuevas de tu salvación!
Reverencialmente nos acercamos a ti, Señor, ponemos delante de tu presencia nuestra familia, te pedimos tu protección para nuestros seres amados, que tu favor y gracia no se aparte de ellos.
Señor, manifiéstate en la vida de mis hijos para que no se desvíen del camino que les has dado, concédeles el don de discernimiento, y así, aprendan a distinguir entre el mal y el bien, dame la sabiduría para guiarlos con amor y firmeza en estos últimos tiempos y entender el propósito que les has destinado; dame la comprensión e inteligencia para responder sus inquietudes y enséñame con tu palabra la correcta instrucción, y la justa corrección hacia ellos, así como nos dejaste dicho: “Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?” (Hebreos 12:7 RV 1960).
Señor Jesús, te pido por mis hermanos, a quiénes destinaste una vida junto a mí, guárdalos y protégelos de todo mal, que no sean confundidos ni avergonzados, aquellos que estén casados guíalos con sus familias, y los que aún no lo estén, te pido que los guíes con las personas correctas. Te pido que siempre exista el perdón entre nosotros y la división sea arrojada fuera de nuestro alrededor; que siempre exista la reconciliación como la hubo con Jacob y Esaú gracias a tu misericordia y el gran milagro que hiciste trayendo la paz entre ambos hermanos: “Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y lo besó. Entonces los dos se pusieron a llorar.” (Génesis 33:4 NVI).
Señor, te doy gracias por mis padres, gracias por los dos grandes maestros que me diste y que me han enseñado todo lo que hasta ahora sé de la vida, han estado conmigo en los momentos más difíciles, así como en los más felices y en cada victoria que he obtenido. Te pido que les des salud y larga vida, que los guardes y los protejas de todo mal. Entrégales nuevas ideas y sueños por cumplir, que continúe tu fluir de gloria en ellos sobreabundantemente. Ayúdanos a entender los motivos de cada decisión que hayan tomado en sus vidas. Te pedimos perdón Jesús, por las situaciones en donde les causamos tristezas, angustias y amargura a nuestros padres a causa de nuestras desobediencias y momentos de rebeldía; que toda separación, rencor y maldición generacional sea desarraigada de nuestra familia y sea anulada para que no influya en nuestra descendencia. Señor, enséñanos a honrarlos y permítenos ser ejemplo de hombres y mujeres de bien viviendo tu palabra día a día: “Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor tu Dios te lo ha ordenado, para que disfrutes de una larga vida y te vaya bien en la tierra que te da el Señor tu Dios.” (Deuteronomio 5:16 NVI)
Gracias Señor Jesús, porque eres bueno y tu misericordia es infinita, gracias te doy porque tus oídos están atentos a la oración de tus hijos, y traemos a la existencia la promesa que nos has entregado en tu palabra en donde nos confirmas que tu voluntad es perfecta y tu amor infinito: “Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes. Nosotros celebraremos tu victoria, y en el nombre de nuestro Dios desplegaremos las banderas. ¡Qué el Señor cumpla todas tus peticiones!” (Salmos 20:4-5 NVI). Todo lo proclamo hecho, en el Nombre de Jesús, amén.