Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá;
Bendecirá a la casa de Israel;
Bendecirá a la casa de Aarón.
Bendecirá a los que temen a Jehová,
A pequeños y a grandes.
Dice el salmo 115 en sus versos 12 y 13, de la versión Reina Valera; una palabra que nos exhorta a no creer en ídolos de ningún tipo. Es, esta palabra hoy que tengo por rhema, mi Señor, para agradecerte todo lo que has hecho por mi vida, por el rescate a mi alma. Para que hoy, pueda aprender cada día más a distinguir entre todas las manifestaciones de idolatría, en las que los hombres podemos caer sin apercibirnos que estamos idolatrando cosa fuera de Ti.
Tu palabra nos advierte en los versos 3 al 8 que:
Nuestro Dios está en los cielos;
Todo lo que quiso ha hecho.
Los ídolos de ellos son plata y oro,
Obra de manos de hombres.
Tienen boca, mas no hablan;
Tienen ojos, mas no ven;
Orejas tienen, mas no oyen;
Tienen narices, mas no huelen;
Manos tienen, mas no palpan;
Tienen pies, mas no andan;
No hablan con su garganta.
Semejantes a ellos son los que los hacen,
Y cualquiera que confía en ellos.
Una palabra muy clara, donde a través del profeta nos dejas saber que no solo aborreces las imágenes religiosas, sino toda manifestación de idolatría, que un hijo tuyo exprese sobre cualquier cosa visible o invisible.
Hoy, Amado Dios, te pido en el Nombre de Jesús, por todos aquellos adoradores del dinero, por los que idolatran al trabajo y a sus jefes, los que no saben que idolatrar a los hijos, o al esposo o esposa, tampoco es lo que nos mandas. Que en tu palabra no nos mandas a idolatrar pastores, sino a comprender que Tú eres el Buen Pastor, y que como lo hiciste promesa en Jeremías 23: 1 al 4:
¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jehová.
Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová.
Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán.
Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová.
Así, te clamo que aceleres los tiempos y recojas a tus ovejas, las que se han distraído por los afanes de este mundo, y han hecho de tu provisión sus ídolos; personas que hasta de la comida han hecho altar de idolatría, y que no se dan cuenta que están fallando a tus preceptos y mandamientos, porque piensan que la palabra se refiere únicamente a las imágenes de las Iglesias.
Te clamo Señor, en nombre de Jesús, que despiertes sus espíritus, y envíes ángeles mensajeros, a ministrarles discernimiento; para que no puedan ser fácilmente engañados, por servidores del enemigo.
Y como está escrito en los versos 12 al 15:
Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá;
Bendecirá a la casa de Israel;
Bendecirá a la casa de Aarón.
Bendecirá a los que temen a Jehová,
A pequeños y a grandes.
Aumentará Jehová bendición sobre vosotros;
Sobre vosotros y sobre vuestros hijos.
Benditos vosotros de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
Permíteme y guíame ser agente de transformación para muchos ciegos, que ellos puedan comprender el sentido real de tu palabra y de todo lo que Jesús dejó en enseñanzas.
Te clamo por la pronta reunión de tu remanente fiel, amado Padre; en el Nombre Poderoso de Cristo Jesús, amén.