“Realice acciones proféticas que demuestren tu fe en la respuesta de Dios. Alégrate de antemano, da gracias y prepárate, organízate; que tus pensamientos estén enfocados en que recibirás todo lo que estás creyendo. Amén”
En Filemón 1:21 dice: “Mientras escribo esta carta estoy seguro de que harás lo que te pido, ¡y aún más! Otra cosa: por favor, prepárame un cuarto de huéspedes, porque espero que Dios responda a las oraciones de ustedes y que me permita volver a visitarlos pronto”.
Éstas fueron palabras del apóstol Pablo mientras estaba en la cárcel por causa de su fe. Podemos aprender dos lecciones importantes. La primera es que estando preso escribió las cartas que se transformaron en los textos de revelación bíblica de la mayor parte del nuevo testamento siendo una enorme bendición para la iglesia de su tiempo y para todas las generación hasta hoy.
Su limitación no le impidió hacer algo extraordinario, sus palabras son de las que hablan los cristianos todo los días. Evangelizó, escribió, adoró y vio el poder de Dios en sus difíciles momentos. Tenía la convicción de que ese tiempo se terminaría. Y era tal su fe, que le pidió a los hermanos que preparasen un cuarto de huéspedes, porque pronto los visitaría. Estimado amigo/a, mantén tus pensamientos en la respuesta del Señor, prepárate en fe realizando acciones proféticas acerca de las cosas que van a venir a tu vida. La fe es convicción.
Hagamos juntos ésta oración:
“Dios Padre, hoy me gozo en ver tu respuesta, me preparo y enfoco, pensando en todo lo que sucederá cuando mis ojos vean la oración contestada. Nada me hará decaer hasta ver tu bondad, lo creo y declaro en el nombre de Jesús. Amén”