Por Joel Osteen
María, la madre de Jesús, da la apariencia de ser una jovencita ordinaria a punto de casarse con el hombre de sus sueños. Pero todos sus planes fueron interrumpidos por lo que ella fue todo menos ordinaria. Un ángel se le presentó y le dijo, “Bienaventurada eres” El Señor está contigo. Tu vas a concebir y darás a luz un niño… el Hijo del Altísimo” (Luccas 1:28, 31-32). Dios le dio a María lo que parecía una tarea imposible con la semilla de su promesa de darle poder para dar a luz al Mesías, y su respuesta fue: “Que se haga en mí como has dicho”. María tomó la decisión de abrazar la promesa de Dios sin importar cuánto le costaría.
María fue muy favorecida por Dios, pero no es difícil imaginar cuán difícil fue para ella hacer lo que Dios le llamó a hacer. Nunca es fácil dar a luz las promesas de Dios. María tuvo que cambiar sus planes de vida. Ella tuvo que enfrentar el hecho de que al aparecer embarazada, los críticos y acusadores le causarían lo peor y que José estaría a punto de cancelar la boda con ella.
Lo que es interesante es que tan pronto María aceptó la semilla de la promesa, la Escritura dice que ella inmediatamente fue a visitar a su prima Elizabeth (Lucas 1:39 – 56). Elizabeth y su esposo, Zacarías, era una pareja piadosa, y Elizabeth estaba embarazada de Juan el Bautista. Cuando Elizabeth vio a María, ella inmediatamente empezó a animarla y habló fe a María. ¿Puedes ver que Dios sacó a María fuera de esa atmósfera tan negativa y la puso en una atmósfera donde la semilla de la promesa sería protegida y nutrida por el poder de Dios?
Quizás estés pasando por algunos tiempos de dificultad ahora, pero escucha esto fuerte y claro. Dios dice que tu eres también bendecida y favorecida. El te ha escogido y puso una semilla de promesa en ti y te dio una tarea que necesitas proteger. ¿En qué ambiente te has puesto? ¿Es un ambiente de gente de fe? ¿Es el ambiente donde Dios quiere que estés? ¿Estás protegiendo con mucho cuidado esa semilla de promesa? Tú necesitas estar en un ambiente en el que pueda crecer, como una buena iglesia donde la gente conozca a Dios y hable palabras de ánimo a tu corazón. Pon Sus palabras dentro de ti para que cuando vayas a dar a luz lo que Dios puso en ti, resistas los desafíos que enfrentarás. Proteje lo que El te ha dado. Da a luz lo que el puso en ti. Entonces verás a dios haciendo lo imposible tal como María lo vio.
Pingback: Proteje las promesas de Dios | REVISTA SEMANAL