Levanta tus manos al cielo y declara que la presencia de Dios es el centro de tu vida y de tu casa. Sirve al Señor, adóralo y hónralo en este día. Su presencia bendecirá lo que hagas y lo que tengas.
Versión Audio:
En 2 de Samuel 6:11-12 dice así. “El arca del Señor permaneció en la casa de Obed-edom por tres meses, y el Señor bendijo a Obed-edom y a los de su casa. Entonces le dijeron al rey David: «El Señor ha bendecido a los de la casa de Obed-edom y a todo lo que tiene, a causa del arca de Dios»”.
Obed-edom decidió darle un lugar a la presencia de Dios, respetarla y darle prominencia en su casa. El relato de 1 Crónicas 15:19-24 nos muestra que Obed-edom era un hombre que servía a Dios, ya que fue elegido para formar un coro y estar en la adoración, y también fue elegido para vigilar el Arca. Solo aquellos que pueden consagrar su vida, haciendo al Señor su prioridad, son los que Él usa y bendice. Hacer a Dios el centro de tu casa, es tomar decisiones en torno a su palabra.
Servir en algo al Señor, es parte fundamental de nuestra forma de honrarlo ya que así demostramos la importancia que tiene para nosotros. No importa lo sencillo que pueda ser lo que hagamos para servir, hacer algo que contribuya al progreso del reino de Dios, desata bendición a nuestra casa. Dios confiará tareas especiales y tesoros preciados, solo en aquellos que lo honran con su vida.
Oremos de ésta forma:
“Padre Celestial, quiero a servirte con temor reverente, y ponerte en el centro de mi vida y mi casa. Que tu presencia sea el centro de todo lo que soy, y de todo lo que tengo, te honro y te doy gloria desde ahora y para siempre en el nombre de Jesús. Amén”
