Comentarios Bíblicos

SALMO 1 Con Oración Poderosa y Devocional – La Biblia Hablada

A continuación leeremos el Salmo 1. Usando en este caso: la versión Reina Valera Contemporánea. Al final haremos un comentario devocional y una oración final.

Versión audio y video:

Salmo 1

1 Bienaventurado el hombre
que no anda en compañía de malvados,
ni se detiene a hablar con pecadores,
ni se sienta a conversar con blasfemos.
2Que, por el contrario,
se deleita en la ley del Señor,
y día y noche medita en ella.
3Ese hombre es como un árbol
plantado junto a los arroyos:
llegado el momento da su fruto,
y sus hojas no se marchitan.
¡En todo lo que hace, prospera!
4Con los malvados no pasa lo mismo;
¡son como el tamo que se lleva el viento!
5Por eso los malvados y pecadores
no tienen arte ni parte en el juicio
ni en las reuniones de los justos.
6El Señor conoce el camino de los justos,
pero la senda de los malos termina mal.

#2 – COMENTARIO BIBLICO DEVOCIONAL DEL SALMO 1

Ahora veremos un comentario devocional del Salmo 1, escrito por Esteban Correa:

(Vs 1) El Salmo comienza dando una bendición a todo aquel que no comparte las cosas que hacen los pecadores. La expresión bienaventurado, significa feliz, dichoso, que tiene la alegría que procede del Señor, es la bendición de vivir bajo el agrado y favor de Dios.

Cuando dice que no se detiene, que no conversa o que no habla con pecadores, hace referencia al hecho de ser partícipes de las cosas corrompidas o inmorales, a estar, o permanecer en el pecado. Si tenemos que tratar con gente pecadora será para influenciarlos positivamente, para mostrarles la gracia de Dios. Para predicarles la salvación transformadora que hay en Jesús, que incluye la vida eterna, el perdón de sus pecados, la restauración y la regeneración de nuestra alma, que es ese cambio esencial que hay en nuestra naturaleza cuando somos limpios y perdonados por medio de la preciosa sangre de Cristo, la que nos permite que el Espíritu Santo habite en nuestros corazones para hacernos semejantes al Hijo de Dios.

En el libro de Lucas 7:34 Jesús fue llamado el “amigo de los pecadores” lo que significa que el pasaba tiempo con ellos, les mostraba la gracia de Dios, pero no participaba de sus obras. El hombre que será feliz es aquel que no practica el pecado de forma deliberada, que no participa, ni es parte de lo que hacen los pecadores. Sino que se aleja de esos caminos, y si comete algún pecado, se arrepiente, porque quiere alejarse de él. El hombre sabio es aquel que teme a Dios y guarda sus mandamientos. Quien sigue la palabra de Dios y la obedece, será una persona feliz, dichosa y bienaventurada.

(Vs 2) El versículo dos se refiera a que el hombre que se aleja de los malos caminos se deleita en la palabra de Dios. Tiene hambre y sed de la palabra viva y eficaz de Dios. Es una persona que medita lo que dice la biblia, no solo la conoce, la lee o la estudia, sino que la hace parte de sus ser. Meditar es recibir lo que dice la biblia, es tener la revelación viva, es una experiencia de conocer al Señor por medio de las escrituras. Muchas veces la falta de una búsqueda intensa o profunda, hace que nos perdamos los tesoros que cambian nuestra vida al meditar la palabra. Si la persona que lee la biblia en verdad no tiene un corazón recto ante Dios, no teme, ni ama al Señor, ni le interesa poder agradarle, no logrará entrar en la palabra, ni que la palabra entre en él. En colosenses 3:16 dice: “La palabra de Cristo habite ricamente en ustedes”.

Necesitamos también la asistencia de la unción del Espíritu Santo para tener la claridad completa de la palabra, así lo dice 1 Juan 2:27

“La unción que ustedes recibieron de él permanece en ustedes, y no tienen necesidad de que nadie les enseñe. Así como la unción misma les enseña todas las cosas, y es verdadera y no falsa, permanezcan en él, tal y como él les ha enseñado”.

(Vs 3) El versículo tres nos muestra de una manera rotunda el resultado de una vida de consagración a Dios. La palabra de Dios es un agua que da vida a todo nuestro ser, que sana nuestro cuerpo, alma y espíritu, mientras hace la obra de producir lo necesario para que demos frutos, nos alimenta de la vida de Dios, esta vida nos nutre para que crezcamos y demos los preciosos frutos espirituales y materiales.

También aclara que los frutos llegarán a su tiempo, ya que todo tiene su tiempo, y mientras nos alejamos de los malos caminos llenándonos con la palabra de Dios y del Espíritu Santo, se va preparando el proceso para que llegue pronto nuestro tiempo de cosechas y frutos en diferentes áreas.

Nuestra vida puede dar distintos tipos de frutos, y si permanecemos en la palabra, los daremos: hay frutos en el carácter que son los frutos del Espíritu Santo y también hay frutos en los resultados de todo lo que hacemos, es decir, todo aquello que emprendamos dará fruto, el Señor tiene cuidado de todas las áreas de nuestra vida, no solo nos habla de frutos espirituales, sino de las acciones que llevemos a cabo, qué es emprender todo tipo de proyectos. Seremos guiados a que el resultado final sea próspero y bendecido.

Algo similar dice en el libro de Josué 1:8

“Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien”.

(Vs. 4) El verso cuatro nos muestra que hay una diferencia entre el Justo y el malvado, éste último no dará los mismos frutos, su fin es de perdición. El final del malvado es como una pelusa que arrebata el viento, no ha construido sobre la roca que es Cristo, sino que su vida está sobre arena movediza. Sus malas obras no permanecen.

(Vs 5) El juicio de Dios se levantará en contra de todos los malvados, que son aquellos que no quieren creer en Cristo, ni se arrepienten de sus malas obras. Ellos serán juzgados severamente. Y a su vez tampoco gozarán las bendiciones junto a los justos.

(Vs 6) El Salmo termina con la revelación de que los justos son personas que tiene el favor de Dios, el cuida sus caminos, está atento a sus oraciones, endereza los pasos torcidos, se ocupa de los detalles de la vida de aquellos que de todo corazón le creen, piden y quieren recibir sus bendiciones. Por el contrario el Señor no se ocupa, no conoce, ni atiende al camino de los perversos. Los malvados terminan mal.

Hagamos ahora la siguiente oración:

“Padre Dios, en este momento comprendo que deseas que obedezca tus mandamientos y que no me aleje de tu palabra. Recibo el agua viva de tu palabra, recibo la presencia poderosa del Espíritu Santo para dar fruto en todas las áreas de mi vida.

Te doy gracias Señor porque sé que a su tiempo daré frutos en todo aspecto de mi vida.

Bendigo ahora todo lo que emprendo, todo lo que hago y todo proyecto, porque en ti daré grandes frutos, soy bendecido y recompensado. Gracias Padre por el poder de nutrirme y transformarme que tiene tu palabra, abre mis ojos para que la comprenda. Recibo la nutrición de tu palabra para que todo lo que haga prospere. Pido, creo y recibo todo esto en el nombre de Jesús. Amén”

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