Haciendo eco de las palabras del salmista, en Salmos 88, versos del 1 al 2, versión Reina Valera:
Oh Jehová, Dios de mi salvación,
Día y noche clamo delante de ti.
Llegue mi oración a tu presencia;
Inclina tu oído a mi clamor.
Te pido, Señor, que me des fortaleza, pues siento que no podré continuar sin tu presencia. No me abandones, Señor, mientras estoy sin fuerzas. te pido, Señor, que me auxilies, no dejes que me derrumbe. Escucha mis ruegos llenos de esperanza, desde que me levanto hasta que me acuesto. Escúchame mi Dios y Salvador, sálvame de las injusticias del mundo, límpiame el cuerpo de toda enfermedad y el alma del pecado. Aunque todos en el mundo me dejasen solo, confío plenamente en que tu compañía sería todo lo que me basta, quédate conmigo Señor, pues contigo ya lo tengo todo.
No quiero caer en la oscuridad, en valle de muerte, por eso, guía tu mis pasos, para que yo sepa siempre por donde caminar. Escúchame, mis plegarias van todas dirigidas a ti porque eres sólo Tú quien puede darme fuerza para superar todas las dificultades. Tú, conoces lo que hay en mi corazón, en lo más profundo de mis pensamientos. He seguido tu camino, y, aunque algunas veces he fallado, estoy aquí, dispuesto a continuar siempre junto a ti, a levantarme cada vez y caminar, por eso estoy ahora clamando a ti, como tu hijo. Acompáñame Señor, aunque el camino no sea fácil y me haya derrumbado más de una vez.
Tus versos 13 al 18 los arrebato y los hago míos, en esta hora:
Mas yo a ti he clamado, oh Jehová,
Y de mañana mi oración se presentará delante de ti.
¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma?
¿Por qué escondes de mí tu rostro?
Yo estoy afligido y menesteroso;
Desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso.
Sobre mí han pasado tus iras,
Y me oprimen tus terrores.
Me han rodeado como aguas continuamente;
A una me han cercado.
Has alejado de mí al amigo y al compañero,
Y a mis conocidos has puesto en tinieblas.
Te pido, Señor, que me ayudes, sin ti, no tengo la fuerza suficiente para seguir, necesito de ti y de tu Presencia para salir adelante, para recordar mis caminos y andar con alegría, llena, Señor, mi vida con tu Espíritu, dador de paz y de amor, pero también de fortaleza y sabiduría. Creo en tu Palabra, Señor, por eso siempre le hablaré al mundo de tu grandeza, de lo fuerte de tu amor, de tu inmensa misericordia. Todos te conocerán y serán seguidores de tu promesa llena de amor y compasión para el mundo. Dame vida en abundancia Señor, para alabarte y ponerme a tus pies.
Mi corazón te ha sido fiel, Señor, sin ti, no quiero ir a ningún lado. Todavía puedo ser parte de tu amor, aún me queda juventud. Escucha mi clamor y ven a mí. Dame fuerzas para darte a conocer por el mundo, para alabarte y cantar alegremente en honor a tu grandeza.
Señor mío, eres amor, por eso te pido que me hagas compañía, tan solo eso basta para que en mi corazón se fortalezca mi alma, levanta tu mano poderosa, con tu mano que lleva consigo tu justicia y mírame. Vuelve tus ojos hacia mí, sácame de toda oscuridad que pueda haber en mi, para dar a conocer tu nombre por todas las naciones del mundo; mostrando las maravillas que Tú, has hecho en mi vida. Transforma mi vida, para que cuando las personas del mundo me vean a mí, vean las grandes obras que Tú haces en nosotros, Señor.
Hazme como tú, Jesús, en Juan 12 al 14 de la Nueva Traducción Viviente:
»Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre.
Me vuelven las fuerzas y sé que eres Tú, mi Señor que has escuchado mis oraciones. Voy de tu mano y descansando en tu amor. Gracias Señor por escucharme y dirigir tus ojos de nuevo a mí. Que todas las personas sepan que el Señor siempre nos escucha y no nos abandona. Gracias Señor, por darme tu Espíritu para continuar renovado en el camino de tu verdad, en el nombre de nuestro Señor, Jesús, amén.