En este día se te aclararán las cosas que debes hacer y decidir para cumplir con la voluntad de Dios. Estar aferrados por la fe al Señor es lo que te mantiene unido a la fuente de vida, sabiduría y poder para ser más que vencedor.
Filipenses 2:13 (NVI) dice: “pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad”. Dios planta semillas en nuestro corazón con el fin de llevar a cabo su perfecta y agradable voluntad. Muchas de las cosas que nos vienen a la mente, como los deseos, los impulsos por hacer algo y todo otras cosas que con inquietud y fervor queremos hacer, en verdad, nacen de la presencia de Dios que mora en nosotros. Hay muchos momentos especiales donde el Señor nos pone un deseo por ayudar, por dar un consejo, o tal vez por emprender algo, por mejorar, por superarnos, por aprender y muchas otras cosas que son intenciones de Dios con nuestra vida. Él es nuestro Padre y sabe perfectamente que nos conviene y que no. Por otro lado, una batalla se levanta para que esas iniciativas no se lleven a cabo. Podemos compararlo con el cuidado que necesita una semilla para que nazca y llegue a formarse una planta, y de hojas, flores o frutos. Nosotros debemos cuidar de esos deseos, porque son los cosas en las que el Señor nos respaldará para lograr cumplir nuestro destino en este mundo.
Oremos de esta forma: “Dios mío declaro que tu eres mi guía y la fuente de mis deseos e iniciativas. No me dejaré guiar por el miedo, la ansiedad, la codicia o la duda. Abro mi corazón para que deposites en mi tu perfecta y agradable voluntad que me llevará a tomar decisiones correctas en el nombre de Jesús. Amén”. Por Esteban Correa