Dios te creó para depositar grandes sueños en tu corazón, tienes la capacidad de ser una bendición para el mundo, por eso hoy, el Señor te hablará personalmente y sembrará en tu ser interior un gran destino.
Versión Audio:
En Mateo 1:18 dice: “Este es el relato de cómo nació Jesús el Mesías. Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de que la boda se realizara, mientras todavía era virgen, quedó embarazada mediante el poder del Espíritu Santo”.
Dios necesita que seamos guiados y recibamos grandes sueños por el Espíritu Santo. Así como sucedió con María, el Señor hará nacer sueños en nosotros, depositará en nuestro interior la capacidad y convicción para poder cumplir su propósito. Es necesario estar siempre coordinados con el Espíritu Santo. Las obras que nacen en el Espíritu, son las que dan fruto y las que Dios siempre respalda. Aunque parezca que las cosas no suceden como esperamos, todo lo que nace de Dios, tendrá fruto. Para recibir y andar en el Espíritu debemos aprender a escuchar, a estar un poco más en silencio; cuando oramos, debemos esperar las palabras que llegan a nuestra boca, porque el Espíritu Santo nos ayuda en la oración, debemos dejar que fluya lo que Dios quiere hacer. Si te enfocas en hacer lo que Dios quiere, meditas en ellos, abres tu corazón para escuchar lo que Dios quiere, el Espíritu Santo hará algo grande contigo.
Oremos así:
«Padre Dios, me dispongo a que deposites tus grandes sueños en mi corazón, estoy dispuesto a escuchar tu voz para seguir el camino que tienes designado hoy para mi, lo pido y lo creo en el nombre de Jesús. Amén”