Esteban Correa

Supongo que supongo bien

Por Esteban Correa

Estoy seguro que habrás sufrido más de una vez afirmaciones de otras personas que no eran más que suposiciones. Hay gente adicta a suponer, expertos en analizar lo que “están seguros” que les pasa a los demás. Si estás cansado, ellos suponen que estás enojado. Si no hablás mucho, suponen que hay algo que estás escondiendo. Ésta sería su resumen psicológico: “Ven lo que desean ver”.

La vida de algunas personas es tan carente de fe y visión que solo encuentran divertida o emocionante la vida los demás, entonces bueno, inventan. La mente de un chusma no es tan difícil de descifrar, tal vez lo difícil es confiar en ellos. Es difícil tener que tratar con ellos sin tener que perdonarlos luego. “Señor, los perdonó”. No quiero estar con gente que continuamente tenga que perdonar, porque son mal intencionados. Y no estoy hablando de la actitud de perdón, sino de personas que no te suman nada, sino que te restan todo: energía, inspiración, desafío; en vez de encontrar en ellos algo, tienes que estar a la defensiva, tratando de que no te malinterpreten.

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El mayor problema de muchas personas es estar atados negativamente a otras personas

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Las suposiciones son tan destructivas como la mentira misma, el mismo pecado. Hay quienes afirman algo con toda seguridad y vos le creés. Luego te das cuenta que no, no era verdad.

Quiero decirte que no puedes hablar tan ligeramente de los demás si no estás seguro, a mi me paso muchas veces, de suponer ciertas cosas y hasta enojarme con algo que no era cierto, entonces, piensas…“Pero estoy casi seguro que lo hizo”, casi no alcanza.

NO ESCUCHES Cierta información de otras personas, no la creas de inmediato a menos que esa persona sea alguien que sepas, es de tu absoluta confianza, y aun así, es mejor tener pruebas amplias y contundentes. Pero si notas cierta duda, tal vez estemos en un caso de teléfono descompuesto.

NO DIVULGUES cosas que no estás seguro, no tienes porque estar adivinando lo que las otras personas hacen, vas a caer en la mentira, en el descrédito; nadie confiará en ti, y no tomarán tu palabra en serio. La mentira sale a la luz tarde o temprano, las suposiciones te llevan a la vergüenza.

Dios aborrece La lengua mentirosa.

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