“Dios cambiará tus recuerdos dolorosos por pensamientos de paz y sanidad. Jesús está contigo ahora, te está diciendo: Quiero que te enfoques solo en lo bueno que hice contigo y que esperes a ver los mayores milagros que están disponibles para ti, aquí y ahora. Amén”
En Isaías 43:18-19 dice: “«Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados”. Todas las cosas que suceden en la mente y corazón son de impacto e influencia para nuestro estado anímico. Nuestro clima interior determinará muchas cosas de nuestra vida. Los recuerdos son algo que nos pueden ayudar o nos pueden perjudicar. La memoria es un visor de nuestras vivencias positivas y negativas; pero nuestro objetivo es crecer en la fe, en la esperanza y en la transformación, por eso debemos usar la memoria únicamente para recordar cosas buenas y ejemplares. Deja de traer a tus pensamientos vivencias dolorosas del pasado, como fracasos, abusos y heridas que te causaron. Cierra de una vez esos malos recuerdos y enfócate en todo lo bueno que te sucedió, así podrás utilizar el poder de los recuerdos para motivar tu presente y encaminar correctamente tu futuro.
Oremos de esta forma: “Señor Jesús te doy gracias porque me has ayudado hasta el día de hoy. Te pido que me des la capacidad de dominar los recuerdos en mi mente. Declaro, en el nombre de Jesús que todo lo bueno que me diste es solo un anticipo de las grandes cosas que veré en mi presente y en mi futuro. Amén”