REFLEXIÓN DEL DÍA:
Un día tendrás que escoger entre complacer el mundo, continuar hablando con las voces que el mundo habla, o hablar lo que Dios ha dicho, lo que se ha despertado en tu corazón. No se le puede tener miedo absolutamente a nada. Lo que tienes que hacer es dejar que Dios haga de ti lo que tienes que hacer, con lo que la vida traiga para ti en este tiempo.
No importa lo que venga, lo que ocurra, lo que suceda, lo que eres, o lo que Dios quiere que seas, tienes que dejar que ÉL sea el que haga y no tú, ni el mundo.