Devocionales

Necesitamos Estar en Contacto con Dios Constantemente

Por Myles Munroe

No basta con sólo ir a la iglesia. Necesitamos estar en contacto con Dios constantemente, escuchando Su voz,
Sus órdenes y Su dirección.

Una razón central de por qué Dios colocó al hombre en el Jardín del Edén era para que el hombre pudiera estar en Su presencia todo el tiempo. El hombre podía pasear y hablar con el Señor en la frescura de la mañana. El podía oír la
voz de Dios. Este era un lugar donde la comunicación, la comunión y la unidad con Dios siempre estaba intacta. Un fabricante siempre coloca su producto en el lugar donde éste puede desempeñarse mejor, y así, poder cumplir
el propósito para el cual fue creado. De manera similar, podemos concluir, basados en lo que hemos aprendido acerca del medio ambiente que existía en el Jardín del Edén, que el primer propósito del hombre era estar en la presencia de Dios. El varón no está supuesto a funcionar fuera de la presencia del Señor.

Aquí está la importancia de esto: Dios nunca tuvo la intención de mover a Adán fuera del Jardín del Edén. La intención de Dios era que el Jardín del Edén se moviera por sobre toda la tierra. Dios quería que Adán tomara la presencia de Dios y que la esparciera a través de todo el mundo. Esto es lo que El quería hacer cuando le dijo a Adán que dominara sobre toda la tierra. Este es el propósito de Dios todavía hoy en día. Tal y como lo dice en el libro de Isaías 11:9, «porque la tierra estará llena del conocimiento del SEÑOR, como las aguas cubren el mar» Adán podía cumplir este propósito sólo si él se encontraba en constante y continua comunión con el Dios del Jardín del Edén.

Si un hombre no está viviendo en la presencia de Dios, él tal vez se esté moviendo, pero no va a estar funcionando realmente. Fuera de la presencia de Dios, el hombre es una bestia sin control y muy peligroso. Pablo dijo que un
hombre sin Dios es una creatura sin consciencia. (Ver Romanos 1:28-32). Tú no puedes confiar en
la perspectiva de un hombre que no conoce a Dios. Tú no puedes confiar totalmente en la perspectiva
de un hombre que apenas está comenzando a conocer a Dios tampoco, porque este hombre apenas está comenzando a acostumbrarse a estar en la presencia de Dios.

Es sólo por medio de estar continuamente en la presencia de Dios que nuestra mente y nuestro corazón pueden ser renovados. Necesitamos aprender a caminar «andando en el Espíritu» (Gálatas 5:25), en lugar de andar sólo sobre la base de nuestras propias ideas acerca de la vida. Tal y como lo dijo el profeta Jeremías, «Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?» (Jeremías 17:9).

El problema con muchos de nosotros como hombres es que pensamos que no necesitamos a Dios, cuando, de hecho, El es lo primero que realmente necesitamos. Yo estoy asombrado cuando observo a los hombres que están tratando de funcionar sin Dios. En ocasiones, parece que ya lo están logrando, pero no es así. Ellos no están cumpliendo su verdadero propósito.

Frecuentemente, el hecho de «estarlo logrando» es sólo una máscara externa que se ponen para evitar que la gente pueda ver las cosas como son en realidad. Si tú llegaras a saber lo que realmente está sucediendo en sus vidas, tú podrías estar seguro de que no lo están logrando. Nunca debemos dudar de la necesidad que tenemos de Dios. ¿Cuál fue la primera cosa que Dios le dio al hombre? El no le dio una mujer, o un trabajo, ni siquiera le dio un mandamiento; Dios le dio al hombre Su presencia.

No basta con sólo ir a la iglesia. Necesitamos estar en contacto con Dios constantemente, escuchando Su voz, escuchando Sus mandamientos y Sus órdenes y siguiendo Su dirección. ¿Por qué? Porque nuestro ser interior necesita ser fortalecido (Efesios 3:16) y porque somos responsables de guiar a todos aquellos por quienes vamos a rendir cuentas. Esta es la razón por la cual Dios le dio a Adán Su Misma Persona divina antes de que Elle diera a otra persona u otra cosa. Dios puso en el hombre la necesidad de la presencia de Dios. Esta es la razón de que todos los hombres estén buscando a Dios de una manera o de otra, ya sea que reconozcan este hecho o no lo reconozcan. No importa si ellos son budistas, hindúes, musulmanes, unitarios, o aun, incluso satanistas. No importa quiénes son, pero todos ellos están buscando a la Misma Persona.

Los hombres siempre van a encontrar algún tipo de religión, aun si lo quieren llamar ateísmo. Ellos tienen un hambre en sí mismos que los obliga a creer en algo o en alguien más grande que ellos mismos. Esta pasión para encontrar la presencia de Dios es lo que produce las diferentes formas de cultos. Este es el clamor del hombre-varón hacia Dios. Muy profundo en tu corazón, tú realmente quieres a Dios, aunque seas un hombre joven. Tú realmente quieres a Dios, hombre maduro.

Estás probando todo lo demás, pero verdaderamente estás buscando a Dios. Esto es parte de ti mismo. Tú puedes tener fama, autoridad, influencia, dinero y todo lo demás, pero aun así, hay algo que falta en tu vida, mi amigo. Y yo sé qué es lo que falta. Tú estás buscando a Dios. Algunos de ustedes que están leyendo este libro, le han dado la vuelta al mundo por un tiempo, pero eventualmente han regresado a Dios. Tú corriste lejos y por todos lados, tratando de huir de El. Tú dormiste con todas las personas que pudiste, tomaste todo lo que pudiste y oliste todo lo que se te antojó. Y ahora, mírate a ti mismo-tú has regresado a la presencia de Dios, y tú estás contento de que has encontrado aquello que estabas buscando todo este tiempo.

Es muy bueno regresar a Aquel a quien tú has estado buscando. Si esta ha sido tu experiencia, parece que tú no tienes ningún miedo de predicar el Evangelio-porque tú sabes exactamente lo que los hombres están buscando.

Oh, pero ellos se esconden en todo tipo de cosas-en los portafolios, en automóviles muy lujosos, en su terquedad, en sus malas palabras, en sus peleas y en el alcohol-pero muy profundo en sus corazones, ellos están buscando a Dios. Y tú puedes decirles, «Cuando ustedes acaben de buscar, yo estaré aquí. Y los vaya guiar hacia Dios», porque tú ya has estado ahí donde ellos están.

¿Acaso no sería fantástico que una familia pudiera tener un esposo o un padre en el hogar que ellos supieran que ha estado en contacto con Dios, de tal manera que ellos pudieran obtener la dirección para sus vidas? La clave es la relación. Dios puso al hombre en el Jardín del Edén debido a que El quería que el hombre siempre estuviera relacionado con El en comunión y en compañerismo.

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